Los aceites esenciales son sustancias naturales que provienen de determinadas partes de árboles y plantas, y se obtienen a partir de sus flores, tallos, hojas, raíces, corteza, frutos y semillas. Son «el alma de la planta», ya que a través de ellos se transmiten sus propiedades curativas. Algunos tienen propiedades relajantes del sistema nervioso; otros son estimulantes (actúan sobre la circulación sanguínea, activan distintos órganos, glándulas…); otros tienen propiedades analgésicas (calmando dolores), afrodisíacas, etc. Los aceites esenciales afectan directamente a las emociones, ayudan a mejorar el ánimo de las personas, combatir la angustia, la depresión, etc.
Gracias a sus múltiples propiedades, constituyen un valioso recurso para armonizar ambientes; cambiar climas tensos, serenar la mente, aquietar pensamientos, purificar y preparar el lugar para meditar, armonizar la energía de un grupo, liberar energía negativa impregnada en ambientes, etc.
Los aceites esenciales son «el alma de la planta», ya que a través de ellos se transmiten sus propiedades curativas. Algunos tienen propiedades relajantes del sistema nervioso; otros son estimulantes (actúan sobre la circulación sanguínea, activan distintos órganos, glándulas…); otros tienen propiedades analgésicas (calmando dolores), afrodisíacas, etc.
Exponemos ahora, las propiedades terapéuticas de los aceites esenciales según su origen